Repasando el 2012: Sinister

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Con impaciencia los fans del género de Terror esperan las pocas películas realmente interesantes que se estrenan a lo largo del año. Sinister, pese a no contar nada nuevo, es una de esas pequeñas joyas.

El argumento como ya he dicho puede sonar a mil veces visto y es cierto. Un escritor se muda con su familia a una casa en la que la familia anterior fue asesinada. Ahora bien hay que destacar que el escritor sabe de antemano los sucesos que han acontecido a esa casa, precisamente porque es un escritor que escribe libros de investigación basados en hechos reales (crímenes). Es interesante remarcar esto porque vemos una de las lecturas con la que juega la película y es que la obra funciona a diversos niveles de realidad. Uno de ellos es el propio personaje, que se ve envuelto en la realidad con la que él mismo ha estado trabajando tanto tiempo.

Este nivel de realidad se ve complementado con otro, quizá el que le dota de alas a la película y forja su personalidad. Hablo de las películas de Super 8 que encuentra el personaje de Ethan Hawke en el trastero. Cintas que reflejan los asesinatos de anteriores familias, y que acabarán consumiendo al escritor. La realidad vuelve a acercarse a nuestro protagonista, pero además, esta vez la película llega al espectador. Nos sentimos igual de vulnerables que aquellas familias e igual de amenazados, las visiones que muestran aquellas cintas crean una atmósfera (de Whisky y cigarro) que subyuga nuestra mente, quizá formen parte de la cinta maldita de “El fin del mundo en 35mm” (aquella cinta que volvía a uno loco después de verla) de la película de Carpenter, por potencial podrían. Es además un juego metacinematográfico parecido en cierta manera al de la película japonesa “The Ring”. Estas cintas (grabadas de manera que imitan el modelo y textura de aquellas películas) son el condimento tortuoso del que se aprovecha la película para llegar a los mejores clímax de la obra.

Desgraciadamente el desarrollo es desigual. Los dos tercios de la película avanzan (pese a algunos defectos) por unas vías bastante interesantes, pero el final se cierra de manera abrupta y dejando demasiadas preguntas abiertas. Y es que la película no sabe como cerrarse. Abre demasiadas puertas y pierde todas las llaves. La inclusión de los dos personajes que intentan ayudar en la investigación (el policía provinciano y el catedrático) entorpecen la película. Uno por su absurdez (el policía está tan mal construido que directamente parece idiota, eso si luego resulta que tiene sus pinitos en la universidad) y el otro porque se devanea entre hipótesis que intentan aportar algo de historia mágica y sectaria detrás, pero lo único que hacen es entorpecer la película.

Pese a los tópicos (no sólo argumentalmente sino especialmente en cuanto a forma) como cabezas que se mueven en ordenador (ains que sustos más complacientes de cara al público adolescente). La película tiene algún elemento técnico digno de mención como la iluminación de la película. Siempre que hay momentos de tensión (que no son pocos) la oscuridad embarga la escena entera. Un buen contraste entre luces (la mayoría del proyector) y sombras. Una oscuridad abrasiva que es también lo que perdurará en la memoria del espectador tras su visionado.

6/10

Kyrios

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