Hablemos de comida

Después de mucho tiempo sin hacerlo, llega el momento de volver a publicar. El artículo que voy a escribir a continuación consta de tres historias completamente independientes. Pero la realidad es que las tres comparten un mismo elemento… la comida.

Voy a contaros la historia de tres alimentos muy famosos y sobre cómo aparecieron en nuestra vida, ya que los tres tienen una historia curiosa detrás que merece la pena contar. La primera es quizás la más conocida, pero es posible que mucha gente la desconozca.

EL SÁNDWICH  

Todos comemos a menudo un bocadillo o un sándwich. Sea como sea, la estructura es la misma: un embutido o alimento entre dos rebanadas de pan. Pues para conocer el nacimiento de esta popular comida hay que retroceder a la Inglaterra del siglo XVIII. Allí, en aquel entonces, habitaba desde hacía mucho una familia nobiliaria, los Condes de Sandwich.

Exactamente el protagonista de nuestra historia es John Montagu (1718-1792), cuarto Conde de Sandwich. Al formar parte de una familia de nobles, desempeñó cargos políticos y también militares. Desarrolló gran parte de su vida laboral como Postmaster General (lo que actualmente seria Ministro de Correos y Telecomunicaciones), además fue también Secretario de Estado y poseía el titulo de Lord.

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Jonh Montagu, cuarto Conde de Sandwich

Pese a que se le consideraba una persona con bastante habilidad para los cargos públicos, el señor Montagu tenía una grave adicción. Pasaba largas horas de su vida jugando a las cartas, día y noche, en cualquier lugar y con quien fuera. Se comenta en algunas fuentes que dejaba de dormir y de comer para poder jugar a cartas e incluso alguna vez eludía sus responsabilidades como político.

En una de esas largas jornadas de juego, a John Montagu le entró hambre y decidió pedir a uno de sus múltiples sirvientes que le trajera algo de carne para comer. Pero su adicción al juego era tal, que quería comer sin dejar de jugar. El problema fue importante, ya que al comer carne mientras jugaba, sus manos se manchaban y por ende también lo hacían las cartas. Para evitarlo pidió que le trajeran la carne dentro de dos rebanadas de pan. Así pues, John podía seguir jugando sin manchar nada. El invento fue tan sorprendente para John, que empezó a comerlo a diario. Poco tiempo después, la famosa invención había empezado a expandirse por las tabernas, las casas y las ciudades de todo el sur de Inglaterra. El sándwich había nacido y su uso ya fue imparable hasta nuestros días. Poca gente concibe su vida sin bocadillos, ya sea en el colegio, universidad o lugar de trabajo.

John Montagu por su parte, acabó sus días en Inglaterra, disfrutando de sus cartas y cómo no, de su invento. En su testamento escribió que más allá de su riqueza, el mayor legado que dejaba a su país era la creación del sándwich.

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Imagen cómica de Montagu y su sándwich

EL BOMBÓN

Hablar del bombón es hablar ineludiblemente de dulzura, chocolate y glotonería. Bombones hay de muchos tamaños, formas, sabores y precios; pero lo que poca gente sabe es cómo nació el bombón.

En este caso nos desplazamos a la Francia de Lluis XIV El Rey Sol. El monarca francés tiene un lugar eminente en la historia de Francia y de la humanidad y es considerado uno de los reyes más poderosos de la historia. Nacido en 1638, heredó un gran imperio y lo convirtió en uno aún más grande. Fomentó el uso del arte y entre muchas otras cosas, mandó construir el Palacio de Versalles. Es considerado el prototipo de monarca absolutista, ya que ejercía un poder total sobre el pueblo, controlando todas las clases sociales y estableciendo un dominio militar en todos sus territorios. Una muestra clara de su poder se encuentra en su frase más célebre, pronunciada ante toda su corte: L’État c’est moi (El Estado soy yo).

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Retrato de Luis XIV El Rey Sol

Pero pese a su gran poder, el monarca era una persona un tanto extraña. Su vida en privado estaba caracterizada, entre otras cosas, por su mala alimentación, ya que esta constaba únicamente de carne, pesca salada y azúcares. Apenas comía verdura e incluso en algunos documentos se comenta que detestaba la fruta. Tal era la mala alimentación del monarca que incluso sus familiares más cercanos empezaron a temer por su salud.

Por ese motivo, su esposa (aunque era un matrimonio secreto) preocupada por su alimentación, decidió llevar a cabo una estratagema. Ordenó a uno de sus cocineros que bañara en chocolate una cereza para esconder la fruta y, conseguir así, que el monarca se la comiera engañado. Al poco rato, una bandeja llena de cerezas con chocolate fue llevada ante la presencia del rey. Este probó uno de los dulces y su reacción, ante la sorpresa de todos, fue decir: Bon-bon (bueno-bueno, en francés).

A partir de ese momento, el monarca comía de forma asidua este tipo de dulces, que se empezaron a conocer con el nombre de bombón. La corte francesa comenzó a comer bombones en grandes cantidades y actualmente continúa siendo un dulce muy popular en todo el mundo.

LA TAPA

(Antes que nada me gustaría aclarar que esta historia no está del todo contrastada, pero la probabilidad que sea cierta es bastante alta, así que lo mejor será contarlo)

Cada vez es más común en muchos bares de nuestro país que al pedir alguna bebida nos sorprendan con un pequeño aperitivo. En concreto, las tapas son más características en el sur del territorio nacional. Pues bien, como ha sucedido con los otros dos alimentos de los que hemos hablado, esta comida también nació por casualidad y tuvo como protagonista un personaje importante. En este caso nos vamos a Cádiz con el monarca español Alfonso XIII. Nos situamos pues a principios del siglo XX, entre 1902 y 1931.

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Alfonso XIII, rey de España.

El monarca, que estaba de visita oficial en Cádiz, entró con su séquito en un bar a pie de playa a tomar alguna bebida fresca. El propietario del bar, con total solemnidad obsequió al monarca con una copa del mejor vino del que disponía. En el momento en que la copa de vino llegó a la barra del bar justo donde estaba el monarca, se levantó una ráfaga de aire que debido a la proximidad de la playa, levantó una nube de arena. En un movimiento rápido el propietario del local, cogió un platillo de jamón que había cerca y lo puso encima de la copa, para evitar que el vino se llenara de arena.

Una vez el viento cesó, Alfonso prosiguió a beber su vino, pero se sorprendió al ver el plato de jamón encima. Sin dudarlo el monarca decidió tomar su vino, pero pidió al camarero que le trajera otra “tapa del vino”, es decir un platillo con jamón. El séquito del monarca imitó a Alfonso, pero algunos pidieron que les obsequiaran con diferentes alimentos. El éxito fue tan rotundo que el bar se hizo famoso por toda la ciudad gracias a “la tapa”. Los bares de su alrededor, viendo el éxito del pionero, decidieron obsequiar a todos sus clientes con una tapa. En una ciudad tan turística como era y es Cádiz, enseguida corrió la voz  y la tapa se expandió

La tapa sigue siendo uno de los aperitivos estrella en nuestro país, conocido por todos y probado por la mayoría. Un invento creado por un tabernero que para salvar el vino de su monarca creó al aperitivo más famoso y representativo del país.

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La primera tapa de la historia debió ser algo así.

Estos son pues, los tres alimentos que vienen marcados por su curiosa invención. Seguro que hay muchos más, pero me ha parecido que estos tres eran los más peculiares. Si alguien conoce algún alimento con una historia singular detrás, ¡sois más que bienvenidos a dejar comentario!

Corregido y editado por Anna Huguet.

Aleix Romea Negre, historiador.

 

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1 Response to Hablemos de comida

  1. Vert says:

    ¡Genial! Acabo de descubrir este blog y siendo esta la primera entrada que leo, no he podido llevarme mejor impresión. Enhorabuena y gracias por compartir esto, la historia es fascinante en todos sus niveles 🙂

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