Ciclo John Huston: La noche de la Iguana.

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La noche de la Iguana es una de las películas más emblemáticas de John Huston, que a la vez adapta una de las obras dramatúrgicas más importantes del siglo XX, especialmente dentro de la literatura norteamericana, la obra homónima realizada por Tennesse Williams.  La película se rodó en Puerto Vallarta, el mismo lugar en el que transcurre la acción de nuestros protagonistas. Un rodaje curioso cuanto menos y es que Huston sabía que ante tantas estrellas (Ava Gardner, Deborah Kerr, Sue Lyon e incluso Liz Taylor que se trasladó junto a su mítico amante, Richard Burton) podía formarse un caos tremendo debido a la prensa y decidió rodar en un paraje lejano, alejado de esta.

Y es que ya los sesenta estaban en su pleno auge (la película está rodada en el 1964) y eso lo podemos comprobar perfectamente en la película. Muchos temas que hasta ahora habían sido tabús en el cine son masacrados por la película, que entre otras visiones ofrece una oda a la sensualidad más ligera, sino sólo tiene que fijarse uno en las carnes de Ava Gardner o el pubescente cuerpo de Sue Lyon, que después de representar el papel de Lolita, para la polémica película de Kubrick, se había convertido en un mito sexual de la época. Pero es que además Huston logra crear secuencias tremendamente impactantes e insinuantes. No sólo es los problemas alcohólicos del personaje de Burton, que pasa casi toda la película en una especie de trance místico debido a los problemas de la bebida, sino que la película llega a insinuar más cosas, como la relación sexual entre Ava Gardner y sus dos sirvientes mulatos (incluso hay una escena en que esto queda más claro que nada, cuando Gardner baila y se besa con los dos juntos a la luz de la luna, insinuando un ménage à trois en el que han convivido largo tiempo) o las drogas que circulan por la casa.

iguana La belleza de Sue lyon resulta perturbadora hasta para Shannon.

El exotismo es también un punto clave de la película. De hecho en un momento de la película el personaje de Shannon hace una referencia a la pureza de los hombres que la sociedad occidental considera como primitivos (un momento que hasta nos puede recordar al Bougainville de Diderot), mientras con nostalgia anhela esa vida. Y es que el director sabe relacionar muy bien el paisaje exótico en el que transcurre la acción con el problema interno de Shannon. Así la felicidad primigenia se identifica con esta naturaleza inhóspita y alejada de la mano del hombre (y por ende de Dios) mientras que los peligros vienen de una mujer (interpretada por Grayson Hall) que simboliza este mundo corrompido ya por las leyes y el puritanismo más exacerbado.

images (1) Ava Gardner rodeada de sus dos sirvientes.

Pero Huston sabe muy bien como plasmar la obra de Williams sin que la película pierda fuerza al pasar al mundo cinematográfico. Aunque al partir de esa base es obvio que nos encontramos con una película que está influida en gran manera por su aspecto teatralizante, sin que por ello quede desmerecida (como algunos críticos han acusado). Seguramente donde más se vea las influencias de Williams sea en la construcción de personajes, donde Huston elabora unos perfiles psicológicos que resultan seguramente más importantes para la película que la propia trama.

El personaje principal es un hombre de fe, Shannon, interpretado por el magnífico Richard Burton. Se halla sumido en una crisis existencial que atravesará toda la película y que es seguramente uno de los ejes de esta. Ha perdido ciertamente la fe y se encuentra en un mundo desubicado donde la carne y el espíritu se han desdoblado de manera absoluta. Empieza precisamente la película con uno de sus monólogos (un flashback que nos muestra su etapa como hombre religioso) en la iglesia. Todo parece ir como la seda en un sermón que parece de lo más habitual, pero de repente Burton se trastoca y todo empieza a desequilibrarse, mientras Burton empieza a increpar a los asistentes e incluso pone en duda la existencia de Dios. Y es que Shannon es un hombre que está concomido por esta dicotomía que le tortura continuamente.

la-noche-de-la-iguana Llegan a decirle a Shannon que es Ateo, pero el niega rotundamente esa afirmación. Sin duda un personaje que se debate entre dos mundos que se presentan en la película de manera irreconciliable.

La película retrata efectivamente este discurso de una manera brillante. Para ello se sirve también de dos contrapuntos geniales, que son las dos protagonistas femeninas, interpretadas respectivamente por Ava Gardner y Deborah Kerr. Ava Gardner interpreta una antigua amiga suya  mientras que Kerr representa un nuevo inquilino del hotel. Las dos mujeres son perfectamente los dos polos de nuestro protagonista masculino. Mientras que el personaje de Ava Gardner representa el deseo y la carne más terrenal, así como la pasión, el personaje de Deborah Kerr se sitúa en el extremo opuesto, incluso rozando la asexualidad (no es casualidad que provenga de Nueva Inglaterra, uno de los lugares de estados Unidos con más fama de puritanismo).

Lo más interesante es que seguramente Huston no se decanta entre ninguna de las dos, sino que simplemente señala el problema que atraviesa nuestro protagonista, realizando incluso un monólogo en que Shannon revela todos sus miedos ante Deborah Kerr. Misticismos aparte, preciosa secuencia la liberación de la iguana, que remite a la resolución de problemas que se imponían en Richard Burton durante toda la película. La iguana, al ser liberada, puede pues volver al mundo que le pertenece realmente.

8/10

Kyrios

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