Entrevista a Teresa Monsegur

Teresa Monsegur es especialista en danzaterapia y actualmente es la presidenta de la Associació Professional d’Artterapeutes de Catalunya. Esta entrevista formó parte de mi investigación sobre danzaterapia durante el año 2009.

Teresa se mostró muy receptiva en el momento de la entrevista y sin yo preguntarle nada empezó a hablar:

Soy argentina de nacimiento. Estudie danza clásica y contemporánea allí y luego en la Escuela Nacional de Danza de la Universidad de Chile. Más tarde, me formé en teatro en la Universidad de Buenos Aires y después nos vinimos aquí, a Barcelona. En Barcelona también estudié fisioterapia y  psicoterapias.

1. ¿Estudiar danza marca el movimiento de un individuo?

Sí, las personas que estudian danza clásica se quedan marcadas por esta técnica, al igual que las que estudian danza contemporánea. De este modo, después les cuesta muchísimo aprender otros estilos. Por eso se desarrolló un sistema del movimiento para conseguir bailarines más versátiles.

Rudolf Laban desarrolló un sistema de movimiento, de anotación del movimiento (igual que una partitura musical) que permite anotar todos los movimientos: no solamente los movimientos de una danza, que parecen ser más acotados, sino cualquier movimiento de cualquier actividad. Es un sistema internacional. Esto fue fundamental, ya que permitió la internacionalización de la danza, el mayor intercambio de ideas. Esto le sirvió a la doctora Kirstensen a analizar el movimiento de un niño enfermo comparado con el de un niño normal. Cualquier patología restringe el movimiento de una manera o de otra. Nosotros ayudamos a ampliar el movimiento para transformar al individuo. El cuerpo y la mente no son dos cosas separadas, están unidos.

2. ¿Cómo elabora sus clases?

Nunca se puede elaborar en el vacío, siempre tienen que haber unas entrevistas previas a las personas y a partir de allí uno pueda elaborar una sesión en donde se trabajen diversos aspectos. Es bueno prepararla pero no se cumple al pie de la letra, se debe tener flexibilidad. Uno pone los elementos para que una persona se desarrolle.  Aunque a veces parece evidente lo que necesita una persona, en realidad no lo es.

3. ¿Qué quiere que sus alumnos aprendan?

No quiero que mis alumnos aprendan, creo que les puedo ayudar a construir su camino y su vida, el suyo, no el que yo creo que debe ser. Lo que yo pido es que ellos disfruten de su propio movimiento, que no imiten.

4. ¿Qué lleva a una persona a asistir a este tipo de terapia?

Bueno supongo que pueden ser muchas cosas: a veces la curiosidad, a veces porque quieren probar este tipo de terapia, a veces porque les gusta la danza y piensan en ella como método para poder desarrollarse, personas que tienen algún problema (¿por qué quien no tiene problemas?), otras quieren elaborar cambios, otros llenar huecos (una muerte, una enfermedad…), muchas causas.

5. ¿Ha trabajado con personas con fibromialgia? ¿Notan mejoría? ¿Cómo puede ser que mejoren si su dolor proviene básicamente del movimiento?

Sí, claro que notan mejoría. Perciben que es un lugar para ellos, para experimentar su movimiento, para decir lo que quieran decir… en ese momento se produce un cambio. El espacio, el lugar, el tiempo dedicado a ellos absolutamente, sin ninguna interrupción, eso ya provoca un cambio en ellos. Su dolor proviene de un movimiento reprimido, entonces lo que se hace es ayudarles a soltar ese movimiento, a expresarse con todas sus posibilidades, y no quedarse reprimido, y entonces el alumno cambia.

6. ¿La danzaterapia ayuda a la autoestima?

Esto desde luego, esto es lo primero, es el primer objetivo que tenemos: que pueda respetarse y valorarse.

7. ¿La danzaterapia ayuda a superar la vergüenza?

Si, en mis clases seguro, y eso se va filtrando paulatinamente  en su vida. Porque la vergüenza es sólo una represión, no dejarse expresar hacia los demás.

8. ¿Puede poner un ejemplo de un alumno que haya mejorado muchísimo?

Bueno, una niñita con una enfermedad neurológica, no podía escribir, no podía dibujar, no sabía distinguir elementos básicos, no podía encontrar cosas en una sala… pero no es que no pudiera, no le interesaba. Entonces el trabajo fue crear un interés, motivar a la persona. Además tenía un problema de visión central: no lo veía todo. En aquel momento lo que se intentaba era enseñarle a manejar su poca visión para poder observar más. Y ahora baila muy bien, y además se acuerda de lo que se hizo en clases anteriores, cosa que antes no sucedía. Asimismo era una enfermedad aparentemente sin modo de encontrar mejoría.

9. ¿Entonces sus alumnos la conmueven?

Eso siempre. Aunque es una cosa que uno tiene que saber sostener. No se puede conmover hasta el punto de confundir los roles: yo soy la terapeuta y soy una terapeuta un poco fuera de lo común, en el sentido que me alío con ellos. Pero se debe mantener una cierta distancia que les es beneficiosa a los pacientes.

10. ¿En cuántas sesiones una persona empieza a mejorar?

Eso es muy relativo: hay quienes mejoran en dos meses, tres meses… Aunque las cosas no son lineales, y obviamente hay decaídas, y vueltas a subir.

11. ¿La danzaterapia puede ser transformada en una danza para interpretar en un escenario?

Sí, claro. Mi hija ha trabajado en hospitales en donde se han hecho espectáculos con los enfermos, médicos y terapeutas, todos juntos.

12. ¿Qué se estudia en el máster en el que usted da clases?

Todas las técnicas de danzaterapia, análisis del movimiento de Laban, kinesiología, dinámicas de grupo, psicopatologías, psicoanálisis, desarrollo de la persona en diferentes edades, psiquiatría, improvisación… además las alumnas tienen que hacer 600 horas de prácticas en hospitales.

13. ¿Tiene tanto alumnos como alumnas?

No, eso no. La mayoría son chicas. En realidad, la mayoría de estudios de ayuda al prójimo son realizados por chicas, en la actualidad.

14. ¿Así que usted no ayuda sólo a personas con patologías?

No, ayudo a todos nosotros, a todos los neuróticos.

 

Muchas gracias a Teresa Monsegur por mostrarse tan abierta y agradable durante la entrevista.

Sabina Colomé